MONASTERIO DE AZUELO |
VÍDEO SOBRE MONASTERIO DE SAN JORGE |
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De origen benedictino, ya en el año 992 aparece la firma de Eximinus, Abad de San Jorge, en un documento de los reyes Sancho Garcés II y doña Urraca. Poco después el año del comienzo
del reinado de García Sánchez III (958-1054) vuelve a aparecer el tal Eximinus. En 1052 este rey funda el monasterio de Nájera y entre los privilegios y donaciones aparece el monasterio de San Jorge
de Azuelo, por lo que se deduce que era patrimonio real. Esta donación hizo que se convirtiera en priorato dependiente del cenobio najerense.
Del antiguo monasterio benedictino no queda mas que su iglesia bajo la advocación de San Jorge. Nos encontramos ante un edificio de gran porte, del principios del s. XII, que fue modificado en sus cubiertas y
alzado durante el s. XVI. Recientemente ha sido restaurado.
Protegida por un sencillo pórtico de dos arcos de medio punto al oeste sobre pilastras y uno al sur; debajo de un alto frontón rectangular con cuatro vanos de medio punto para las campanas y tres en la parte baja,
-los dos laterales más pequeños son ciegos-; encontramos la hermosa portada a los pies de la nave. Es de rigurosos medio punto, abocinada, está compuesta de seis arquivoltas,
dos aboceladas sobre columnas -una de ellas de fuste trabajado en zigzag- con capiteles, uno de tema historiado y los otros representan aves y vegetales; las otras cuatro, sobre pilastras, se encuentran profusamente talladas a base de vegetales y figuras geométricas. En
el tímpano podemos ver un Crismón.
El interior, como ya queda dicho, recrecido en siglos posteriores, está compuesto de tres tramos y ábside semicircular de bóveda de horno con tres grandes ventanas de medio punto sobre columnas con
capiteles decorados con motivos vegetales y aves y otras dos lisas en los extremos. Debajo de ellas hay una imposta taqueada. En el tramo inmediato que hace de crucero, se eleva una cúpula sobre trompas, llama la
atención que los arcos torales sobre los que se eleva, de rigurosos medio punto, fueron reforzados por encima con arcos apuntados. Descansan en columnas adosadas con hermosos capiteles historiados con
Daniel junto a los leones, Cristo triunfante rodeado de leones devoradores, el árbol de Jesé y un personaje que se agarra las barbas entre leones luchando.
Al exterior destaca su ábside semicircular dividido verticalmente por dos contrafuertes y horizontalmente por una imposta
taqueada. ésta sirve de base para los tres vanos de medio punto de arista que reposan sobre columnas con capiteles de voluminosa y marcada talla vegetal y alguno con personajes.
En el tejaroz podemos ver una buena serie de canecillos.