ARTE ROMÁNICO EN NAVARRA, recorridos

 

 

PUENTE LA REINA



IGLESIA DEL CRUCIFIJO

A Puente la Reina llegamos si retomamos la Autovía del Camino y nos salimos en la indicación correspondiente a "Salida Norte" que nos reintegra a la N-111, desde allí tomando a la derecha la primera salida de la rotonda, llegamos directamente a la Iglesia del Crucifijo

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En 1142 el rey Gacía Ramírez concedió fueros a los pobladores de la villa que dio a la Milicia del Templo de Salomón. Antiguamente esta iglesia se llamaba de Nuestra Señora de los Huertos.

A mano izquierda junto al Albergue de Peregrinos actual, se encuentra  la IGLESIA DEL CRUCIFIJO que es la primera que visitaremos.

En su época medieval estaba junto al hospital de peregrinos que perteneció a los Templarios (a. 1146) y después a los Sanjuanistas (s. XIV). Se ha visto  reformada posteriormente, pero queda una nave con Ábside semicircular cubierto de bóveda de horno y nave de cinco tramos con cubierta de cañón algo apuntado de finales del s. XII. Hay otra adosada con Ábside poligonal que se construyó en el s. XIV al objeto de alojar la magnífica escultura del Cristo que fue traída seguramente por un peregrino.

En el lado Sur tenemos la portada de acceso en la que podemos ver tres arquivoltas apuntadas ricamente talladas, con múltiple  decoración de entrelazos, vegetales, hojas lobuladas, retículas, colección de animales, pájaros, rostros humanos, etc.; en el lío que hay de escenas parece que el maestro cantero quiso representar  una condena a la avaricia, a la lujuria  y demás pecados y puso la parte positiva con la representación de un ángel, un apóstol y el sueño de los reyes magos.

Descansan sobre capiteles muy deteriorados, pero en los que aún se aprecia temas vegetales e iconográficos, sustentados por columnas con los fustes trabajados con motivos geométricos, de cestería y ajedrezados (la primera columna y su capitel, a la izquierda del espectador, más próxima al vano, es de restauración).






 

IGLESIA DE SANTIAGO

Nos adentramos en la población siguiendo la "Rúa Mayor" vemos las portadas, único vestigio románico que queda, de la Iglesia de Santiago, junto a parte de los muros perimetrales.

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En la primera mitad del s. XII aparece documentalmente un templo que tuviera la dignidad suficiente para acoger al rey y su corte, según se recoge en la concesión de fueros a la Villavieja.

 

En la IGLESIA DE SANTIAGO nos encontramos ante una grandiosa portada abocinada con un llamativo arco inferior polilobulado*, por desgracia muy estropeada  debido al desgaste de la piedra ya que, difícilmente se aprecian  los temas esculpidos.

La componen cinco arquivoltas baquetonadas de medio punto  decoradas longitudinalmente. En cada dovela hay, bien temas historiados o bien animales mitológicos, puede haber  aproximadamente hasta noventa temas diferentes que tratarían:  de ángeles, hombres, animales del bestiario y escenas de lucha; también parece que se remiten a la narración de la infancia de Cristo y al Génesis.

Descansan en columnas con capiteles, duplicándose prácticamente éstos con respecto al número de arquivoltas, al tener también en los ángulos codillos redondeados con capitel, dando la impresión de un capitel corrido; todos ellos están historiados con escenas del infierno.

Debajo de los capiteles de los codillos hay unas cabezas monstruosas.

*(Más adelante, en el Recorrido IX y X, encontraremos similares arcos inferiores polilobulados  en San Román de Cirauqui y en San Pedro de la Rúa Estella).

Tiene otra portada a los pies tapada con una verja de hierro, también románica, abocinada con arcos de medio punto sobre columnas con capiteles adornados con motivos vegetales y en el tímpano un crismón.





A la salida de la localidad y siguiendo el Camino de Santiago, nos encontramos con el famoso puente que le da nombre a la localidad, se construyó a mediados del s. XI, promovida su construcción por la realeza, posiblemente por la reina doña Munia o Mayor, esposa del rey Sancho Garcés III o por la nuera de éstos, doña Estefanía, esposa de su hijo el rey García III el de Nájera.

Destaca por su porte, con seis arcos a la vista, -hay uno más enterrado anterior al torreón-, la ligereza que transmite la  estructura al abrirse huecos de medio punto encima de los pilares, y la elegante combinación de curvas.









































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