El Arte Románico se considera el estilo arquitectónico más bello y perfecto que se ha concebido por el hombre. Con él sentimos emociones que nos llevan a tratar de entender el simbolismo de sus representaciones escultóricas. Representaciones que, por otra parte, influyeron absolutamente en los hombre y mujeres de aquella época. Básicamente fue religioso y en él se conjugó magníficamente lo simbólico con la arquitectura, escultura y pintura. De la arquitectura civil quedan contadas muestras. Buscaban que todo el conjunto de la obra fuera un símbolo o una alegoría para conectar con la vida del más allá. Sus relieves y esculturas servían de ilustración para que el pueblo "leyera" las verdades que debía creer y viera los pecados que no tenía que cometer, a la vez que observaba las vidas ejemplares a imitar para la salvación de su alma. En Navarra y en aquella España de la Reconquista, destaca el reinado de Sancho III el Mayor (1004-1035), al que
se debe el trazado definitivo del Camino de Santiago llamado Francés. Junto a su descendencia: García de Nájera (1035-1054) y Sancho de Peñalén (1054-1076),
se iniciaron y se construyeron los edificios del llamado "Primer Románico",
MONASTERIO DE
LEYRE y SAN MIGUEL DE
ARALAR, contribuyendo de esta forma, junto a diversos miembros de su familia, a la difusión de este estilo constructivo por la vertiente occidental de la península.
A estos dos monumentos románicos citados, por este motivo y por la belleza de los lugares donde se ubican, que en mi
criterio merecen una visita más sosegada, les doy tratamiento independiente de los demás
RECORRIDOS por el
románico navarro.
La primera construcción de la que tenemos constancia es la
cripta
(iniciada hacia el año 1000) en la iglesia románica del Monasterio de Leyre, consagrada solemnemente por el rey
Sancho de Peñalén el 27 de octubre de 1057.
Es una de las primeras manifestaciones del románico español
muy diferente al estilo predominante en la época, - el románico catalán o lombardo-. Hay que considerar que, junto a la cripta de San Antolín en la catedral de Palencia (1035) -inaugurada por el rey Sancho III el Mayor en el año de su muerte-, estamos ante los monumentos precursores de las más famosas construcciones
que pueden verse hoy, como la catedral de Jaca (1063), que se le atribuye a don Ramiro, primer rey de Aragón e hijo bastardo de Sancho III el Mayor; la iglesia de Frómista
(1066) construida por orden de doña Mayor, viuda de Sancho III el Mayor; la colegiata de San Isidoro de León (1063), Consagrada por su hijo D. Fernando de León y la reina doña
Sancha; y la Catedral de Santiago de Compostela, (primera piedra en 1075). |
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