A Estella llegamos desde Pamplona por la Autopista del Camino, antigua N-111, 42 Kms. La iglesia de San Pedro de la Rúa se encuentra en la margen derecha del río Ega, enfrente del
Palacio de los Reyes de Navarra, en la ladera de un montículo, de lo que fue la peña donde estuvo el primitivo Castillo de Estella.
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Su existencia es anterior a 1174, fecha en la que se menciona como parroquia, datándose su comienzo en la segunda mitad del s. XII. Posteriormente se efectuaron varias reformas.
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La iglesia de SAN PEDRO DE LA RÚA consta de tres naves de tres tramos cada una, la del Evangelio más ancha que la del lado de la Epístola, la central prácticamente el doble de
ancha que las laterales. Las bóvedas que las cubren son de siglos posteriores. Adosado a la nave del Norte, en el primer tramo se construyó una capilla en el s. XVI, dedicada a San Andrés
y pegada al absidiolo se encuentra la sacristía barroca.
Cierra las cabeceras tres ábsides semicirculares con bóvedas de horno apuntadas. En el interior, el central (al que se accede mediante una escalinata) es de gran belleza; se divide
en dos cuerpos, el de la parte baja con tres absidiolos de arcos apuntados sobre columnas con capiteles historiados, unidos por una imposta decorada a base de entrelazos y rosetas, y dos arcos más
del mismo estilo para dar paso a los laterales; lo separa del tramo superior una imposta con dibujos geométricos.
Por encima, otros tres vanos, y dos arcos ciegos en los extremos, todos ellos de medio punto con arquivolta doble, de decoración geométrica, sobre columnas con capiteles de talla vegetal, cuya
imposta se prolonga y une manteniendo uniforme la decoración. Nuevamente se repite este tipo de relieve en la imposta que separa este tramo de la bóveda, en la que se abren tres ventanas de medio punto
sencillas, muy alargadas.
Se accede al ábside mayor por un alto arco triunfal apuntado, que descansa en medias columnas con capiteles de estilo cisterciense, de grandes volutas y pencas. Los ábsides laterales son más severos,
también se accede a ellos por medio de arco apuntado sobre unas ménsulas lisas.
Para acceder a contemplar los ábsides en el exterior hay que solicitar que nos abran la verja que desde el claustro cierra el acceso. El principal está coronado de arquillos ojivales que apoyan
en ménsulas figuradas y con motivos vegetales. En el tejaroz existe una hilera de canecillos con cabezas humanas y vegetales, algunos muy deteriorados. Existen unos contrafuertes cortos hasta la
altura de los vanos. Los absidiolos laterales son lisos, con canecillos también lisos.
La portada por la que hemos accedido, en el lado de la Evangelio, nos recuerda a la que vimos en Cirauqui y la de la iglesia de Santiago en Puente la Reina, se trata de un románico tardío
de finales del s. XII principios del XIII. Con ocho arquivoltas entre baquetones abocinados y apuntados, profusamente decorados con delicado encaje geométrico y vegetal, descansan sobre ocho
columnas, cuatro normales y otras cuatro acodilladas. Los capiteles unidos, forman una línea continua con motivos vegetales. El arco de acceso es polilobulado, decorado con motivos
geométricos de influencia musulmana, éste descansa en jambas con capiteles corridos en los que vemos a la izquierda grifos y a la derecha centauro, sirena y arpías, que dan paso a
cuatro semi-columnas a cada lado. Sobre todos los capiteles corre un cimacio de decoración vegetal. En las claves de los arcos, de abajo a arriba, podemos ver un crismón, una estrella de seis
puntas con rosetas intercaladas y, en el centro, el Cordero y una mano bendiciendo. Los arranques de algunas arquivoltas están decorados con figuras humanas y de animales.
En el lado de la Epístola quedan dos pandas de un hermoso
CLAUSTRO (lo podemos ver al detalle con la descripción de los capiteles en el álbum
de la derecha), al igual que la portada, de un románico tardío; fue destruido, en parte, por el derrumbamiento del Castillo en el s. XVI.
Ambas galerías son de riguroso medio punto, apoyan en dobles columnas con un único capitel, provisto de un sobresaliente cimacio siempre ricamente decorado.
La crujía norte recoge decoración historiada con la Pasión; escenas de la vida e infancia de Cristo; los siguientes, representan la pasión y muerte de San Lorenzo; a continuación,
la pasión y muerte de San Andrés; y termina con escenas de la vida de San Pedro.
La panda oeste, la decoración se limita a temas vegetales y animales mitológicos y monstruosos. Los arcos de la parte central se apoya en cuatro columnas inclinadas y entrelazadas,
-hay similares en El Burgo de Osma y Santo Domingo de Silos-.
Protege todo el conjunto una alta torre sobre el hastial, reformada y recrecida en siglos posteriores, según se aprecia por la diferencia de materiales utilizados.